Brasil se impuso por 81-68 a República Dominicana.

SAN JUAN DE PUERTO RICO.– Cuando la mente está bloqueada no hay talento ni táctica que pueda evitar una derrota. Ni siquiera el respeto por una filosofía de juego exitosa. Y cuando en un juego colectivo los líderes no responden, el barco se sumerge inexorablemente. Es lo que le sucedió al seleccionado nacional en el debut del Premundial ante Venezuela, que festejó una grandísima (y no tan inesperada, aunque sí sorpresiva por la floja producción propia) victoria por 85-69.
No hay que buscar demasiadas razones. Cuando los tiradores no aciertan a distancia y Luis Scola, el mejor jugador, está afectado por la misma enfermedad de ese freno mental, tan anulado como el resto, poco se puede hacer. El tema es cuándo se terminará esa sensación de fracaso que habita desde hace dos semanas la mentalidad argentina. Es para el diván, es tema que la psicología puede atender mejor. Y justamente de eso tendrá que ocuparse Sergio Hernández para levantar el ánimo, antes de salir a jugar mañana ante Brasil (puede hacer añicos la ilusión).
Lo otro que debe esperarse es que la paliza recibida por un adversario mediocre no socave cimientos históricos de disciplina profesional y juego altruista. Este es un torneo cruel porque no hay posibilidades de recuperación en un cruce, como ocurrió en el Preolímpico de 2003, cuando la Argentina perdió dos partidos y ganó el juego clave ante Canadá.
El primer tiempo fue de los peores que se recuerdan del seleccionado nacional en la última década. Un equipo entumecido, errático, atado y temeroso a la hora de buscar el cesto. El único que pareció no afectado por el "virus Tuto" (por la Copa Marchand, donde la Argentina desentonó increíblemente) fue el base Pablo Prigioni, que casualmente no actuó en ese torneo previo. Inclusive, fue él quien anotó los primeros puntos en ese comienzo pésimo. Cuando los tiros no entran, todo se derrumba. En la medida que Scola, Quinteros y más tarde Leo Gutiérrez, fallaron sus lanzamientos, todo se complicó gravemente. El único, además de Prigioni, que mostró cierta soltura fue Diego García.
Por suerte, Venezuela no tuvo jerarquía para aprovechar la alarmante inoperancia de los argentinos y perdió balones infantilmente (13 en el primer período). El rival le perdonó la vida, no terminó de agrandarse hasta los últimos tres minutos, cuando dos triples de Oscar Torres levantaron a su banco y provocaron la exaltación ante esta sombra de la Generación Dorada. Con Venezuela en pleno crecimiento, los problemas ofensivos se trasladaron a una defensa desorientada, extraviada en el seguimiento de las marcas. Por eso, tras caer en el primer tiempo (39-30), lo que vino después fue una avalancha ofensiva del adversario, con los lucimientos de Lugo y Torres.
La Argentina recuperó un poco de aire al recomponerse defensivamente. Así pasó de un 35-57 adverso, a un esperanzador 51-60. Pero dos errores en ataque les devolvieron la seguridad y la ventaja definitiva a los venezolanos. Ese había sido el último manotazo de los argentinos, antes de que los ahogaran sus miedos, sus dudas y su bloqueo mental.
* Uruguay y Brasil y Puerto Rico, otros éxitos en la primera fecha
En el estreno del torneo, Uruguay batió ayer a Islas Vírgenes por 88-62 y Brasil se impuso por 81-68 a República Dominicana. Al cierre de esta edición, los anfitriones jugaban con los mexicanos. donde Puerto Rico aplastó a México por 81-66 La Argentina hoy tendrá día libre y volverá a jugar mañana, a las 2.30, frente a Brasil. Los cotejos de hoy: Panamá vs. República Dominicana, Canadá vs. México, Brasil vs. Venezuela y Puerto Rico vs. Islas Vírgenes.
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